Llevar todas las pertenencias a un nuevo hogar implica una gran cantidad de tareas en una mudanza. Una de las más importantes para que lleguen en perfecto estado, es el embalaje. Embalar toda una vivienda implica mucho tiempo y esfuerzo, y requiere de una buena planificación para agilizar la mudanza. Como especialistas en mudanzas de oficinas en Madrid, creemos que se cometen muchos errores habitualmente a la hora de empaquetar todas las cosas y prepararlas para su traslado. Por eso, a continuación, hacemos un repaso por los más importantes que debes evitar.

Qué no debes hacer en el embalaje de tu mudanza

• Comenzar a embalar sin una planificación previa: para que todo sea más sencillo y evitar imprevistos, lo mejor es embalar de forma organizada y siempre con una estrategia preparada con antelación. De esta forma también evitamos perder más tiempo del necesario con esta tarea. Una buena idea en este sentido, es establecer prioridades en las tareas de embalaje.
• Dejar el embalaje para el último día: cuanto más tiempo se deje para hacer el embalaje, más complicado será empezar con el proceso. Esto conducirá a tener estrés y a tomar malas decisiones que vienen debido a las prisas del último momento. Cuanto antes empieces a empaquetar cosas, mejor.
• No clasificar los objetos y etiquetar las cajas: la clasificación de los enseres no es ninguna pérdida de tiempo. Lo que implica, es perder tiempo luego al tener que desembalar y clasificar en el nuevo destino.
• Utilizar cajas en mal estado: debes prestar atención a los materiales de embalaje. Lo ideal, es que sean de buena calidad, teniendo en cuenta qué objetos van a trasladar.
• Dejar huecos vacíos en las cajas: sobre todo cuando se embalan artículos frágiles, puede ser un gran error, puesto que favorece que puedan sufrir daños durante el traslado. Existen materiales de relleno que pueden ser adecuados para proteger los enseres.

En Mudanzas Yagüe, creemos que evitar todos estos errores es muy importante para llevar a cabo una mudanza con éxito. La clave está en planificar con tiempo de antelación, tener una organización y buscar la mejor manera de que todos los objetos tengan un embalaje adecuado a sus características en cuanto a tamaño, materiales, fragilidad, peso, etc.