Como empresa de mudanzas de oficinas en Madrid queremos hablar en este nuevo post de uno de los problemas más graves a los que nos enfrentamos como profesionales: el intrusismo que representan las empresas pirata que se mueven en nuestro terreno profesional.
La crisis económica que comenzó en 2008 a nivel mundial acarreó graves consecuencias a todos los sectores productivos, incluido como no el de las mudanzas. La venta de viviendas disminuyó, el precio de los alquileres subió y, como resultado, bajó el número de traslados y mudanzas. Las empresas que subsistimos nos empezamos a enfrentar años después a otro enemigo: el intrusismo. Una de las consecuencias más serias fue una merma notable del nivel de facturación.
Se trata de personas que ofrecen servicios de mudanzas particulares sin experiencia previa, vehículos especializados, licencias ni herramientas adecuadas para desempeñar el trabajo con profesionalidad y seguridad. Además, la mayoría de las veces, lo hacen a precios muy por debajo del coste real del servicio. Es la forma de resultar más atractivos para quien busca una empresa de mudanzas. Se convierten de este modo en verdadera competencia desleal para las compañías especializadas como Mudanzas Yagüe.
El intrusismo laboral en nuestro sector es tan frecuente que la Federación Española de Empresas de Mudanzas (FEDEM) lleva años organizando eventos para tratar esta realidad. Insistimos en la importancia de contratar a empresas profesionales que cuenten con las licencias pertinentes, profesionales cualificados y con los medios técnicos y materiales para realizar un servicio de calidad. Hablamos por ejemplo de elevadores, camiones, grúas, cajas y embalajes apropiados.
La competencia desleal de las empresas piratas se combate entre otras cosas trabajando con un equipo de profesionales cualificados, con una flota de vehículos actualizada y estando al tanto de las nuevas tendencias del sector.
No en vano, la colaboración de los clientes es clave para confiar en empresas solventes y no en intrusos que no ofrecen las debidas garantías de profesionalidad. Como ves, acabar con el intrusismo laboral es tarea de todos, tanto de las empresas de mudanzas como de los usuarios que contratan.
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